La barriada trabaja para armar kits para estudiantes del nivel primario y secundario. Apelan a la solidaridad de la gente. Se trata de una ayuda clave en medio del brutal ajuste.
El desguace de la economía arremete contra miles de puntanos. Cada familia sufre en carne propia los embates del brutal ajuste, que tiene un saldo trágico, lleno de hambre y dolor. En ese sentido, para muchos el arranque de las clases implica una etapa de gastos inalcanzables que pueden complicar el normal inicio del ciclo lectivo. Por eso, un grupo de vecinos del barrio República trabaja para juntar útiles.
Graciela “Kitita” Merenda, reconocida vecina y referente de la barriada, difundió en redes sociales y grupos de WhatsApp que necesitan recolectar zapatillas nuevas y usadas (de todos los números), plasticola, hojas, carpetas, carpetas de dibujo, cinta adhesiva, cartucheras nuevas y usadas, mochilas nuevas y usadas, remeras blancas, lápices, guardapolvos blancos, pantalones azules nuevos y usados, cuadernos, entre otros elementos. “Todo sirve”, aseguró.
Las donaciones se pueden acercar a la manzana 47, casa 1, en el barrio República. También pueden comunicarse al contacto de Kitita: 2644-620415.
De acuerdo a lo que precisó, la gente se encuentra en una situación difícil. Los papás hacen innumerables changas para poder sobrevivir y quedan en una disyuntiva: mandan a sus hijos a la escuela o les dan de comer, o los calzan, o los visten. Es por eso que inmediatamente se desplegó el abordaje solidario de los vecinos, para ayudar a los que más lo necesitan.
La organización de la colecta busca contribuir aunque sea con lo básico, disponiendo la entrega de kits para los estudiantes del nivel primario y secundario. “Si vienen carpetas con hojas, genial. Si vienen las hojas solas, genial. Lo que sea nos va a servir”, expresó Kitita.
Comentó que al momento cuentan con algunas carpetas “viejitas”, que las forrarán para dejarlas como nuevas (para ello les hace falta cinta adhesiva). También dijo que tienen algunas cartucheras nuevas y usadas y mochilas que tienen que lavar y acondicionar. Si bien es una cantidad para nada despreciable, no les alcanza para cubrir a la totalidad de los chicos. “Si copamos unas 10 familias, nos quedamos sin nada. Necesitamos mucho de lo que les estamos pidiendo”, concluyó.