Se trata de una mujer que se desempeñaba en Villa de la Quebrada pero por diferentes razones la destinaron a Nogolí, a un depósito, concretando tareas absolutamente diversas a su formación. Piden que su caso tenga una solución.
No es novedad. Algunas gestiones, de toda índole, cuando asumen funciones arremeten contra los que piensan diferente. Hay quienes buscan el “hartazgo” del personal, otros apuntan a la persecución constante y están los que los hacen cambiar a funciones inexplicables. Eso es lo que vive Mónica Mansilla, una enfermera que sufre en carne propia el escarnio de sus superiores por “cuestiones políticas”.
Un lector de El Diario, dio a conocer la situación. Recientemente, la propia damnificada publicó en sus redes sociales su triste presente. Subió fotos del espacio donde trabaja y detalló las duras tareas que debe efectuar, rastrillando, barriendo, entre otras cuestiones. Para entender, Mansilla es enfermera. En los últimos tiempos se desempeñaba en Villa de la Quebrada, hasta que comenzó un verdadero “infierno” y le cambiaron sus responsabilidades.

De desempeñarse como enfermera a trabajar en un depósito por “cuestiones políticas”. Foto: Facebook Mónica Mansilla.
Según detalló el lector, que por temor a represalias pidió mantener su nombre en reserva, los hostigamientos empezaron puramente por aspectos ideológicos. En una primera instancia, la mandaron a administración. Luego la pasaron a vacunas, más adelante a tareas en el trailer y así la fueron rotando hasta dar con el Centro de Atención Primaria de la Salud de Nogolí.
Allí -de acuerdo a la descripción de los hechos- estuvo trabajando una semana en enfermería y luego la cambiaron a depósito porque supuestamente “tenía problemas con los administrativos”, pero detrás de ello se escondería en realidad el drama de las diferencias políticas. Lisa y llanamente, estaba cansada de que le ordenaran tener “prioridades” frente a ciertas personas que respondían a los intereses políticos de turno.
En el depósito donde se desempeña, es encargada de entregar bobinas, resmas de hojas, entre otras múltiples tareas que difieren por completo de su formación en enfermería. No tiene calefacción y sufre (es operada de las piernas).

Una “oficina” sin calefacción, el castigo por pensar diferente. Foto: Facebook Mónica Mansilla.
“Estaba muy mal, con depresión. Tantos años de enfermera en el Garrahan, en el Policlínico. Pidió un lugar para estar tranquila y tiene que vivir esto. La mandaron a junta médica por el problema de sus piernas pero nadie hizo ni hace nada por su depresión. Viaja todos los días desde La Punta hasta Nogolí, no hay consideración en ningún sentido. Hay algo importante, la gente había juntado firmas para que vuelva a sus funciones como enfermera, la quieren mucho, pero a nadie le importa”, lamentó la fuente.
La comunidad está indignada y espera que se solucione el caso, que Mansilla vuelva a sus tareas de siempre, a su vocación, a su pasión: la enfermería.