El viernes los familiares de la víctima se movilizaron para que la Justicia manda a la cárcel a Brisa Brizuela, imputada por el homicidio. Por esta mañana celebraron la medida que dispuso la jueza Mirta Ucelay.
Familiares y amigos de Maximiliano Chávez estuvieron expectantes, desde bien temprano este lunes, la resolución de la jueza Mirta Ucelay sobre la situación procesal de Brisa Brizuela, porque se vencía la prórroga de detención.
Se concentraron a las 8 en el Poder Judicial con remeras que tenían impresa la cara del joven asesinado el 21 de diciembre por su novia.
Ucelay dispuso finalmente la prisión preventiva por cuatro meses para la mujer, al considerar que no atacó a Chávez en legítima defensa.
Con un aplauso, los más allegados de la víctima celebraron con un aplauso. Miriam Gómez se fundió en un abrazo con el abogado que los representa, Javier Varnay.
Gómez aseguró que seguirá pidiendo justicia por su hijo, y lo recordó como una persona “sumamente tranquila”. Dijo que eran conscientes de que Maxi vivía una situación de violencia y que él “se quedaba por su hijo”.
Maximiliano y Brisa se pusieron de novios, y luego de se fueron a convivir “ya empezaron con este tipo de problemas”.
Según la madre de Maxi, parecía que por un tiempo todo se había calmado, pero terminó con una tragedia.
Los padres reconstruyeron el momento en el que se enteraron que habían matado a su hijo.
A las 14:50 del sábado 21 de diciembre Miriam recibió un llamado de Brizuela. Le pedía que enviara una ambulancia a su vivienda, nombró a su hijo y le cortó. Antes de dirigirse al lugar, llamó a la madre de su nuera, quien le dijo que fuera directamente a la guardia del Hospital, ya que Maximiliano iba a ser trasladado en una ambulancia.
“Llegamos a la guardia y nunca llegó porque no se había informado todavía lo que le había pasado a mi hijo”, relató.
Alrededor de las 16, los padres de Chávez llegaron al domicilio y se enteraron del crimen: “Cuando llegué ahí me imaginé lo peor”.
El padre, Javier, relató que su hijo le dijo que iba a jugar al fútbol y a la tarde pasaría a visitarlos. Cuando recibieron el primer llamado, imaginó que había tenido un accidente en la ruta, camino a la cancha.
Gómez comentó que ella ya había vivido una escena de violencia con Brisa. A raíz de una pelea que había tenido la pareja, la mujer intervino para resguardar a su nieto y fue golpeada por la joven: “En un momento me agarró a mí, que me dio 1,77, pesó 110 kilos, me manoteó y me tiró arriba de una cama y de la cama me pasó al suelo. Parecía un muñequito de trapo”.
Por último, dejó en claro que no existen conflictos entre las familias: “Nosotros no tenemos problema con nadie, somos tranquilos, trabajamos y me esmeré siempre para darle lo mejor a mis siete hijos. Me parece una injusticia bárbara que mi hijo haya terminado así”.
“Quedó demostrado en este periodo probatorio, que es provisorio porque continúa la investigación durante cuatro meses más, que esa argumentación (la legítima defensa) no es válida en este proceso, quedó demostrada la agresión, la excesiva defensa de ella, que terminó siendo agresora, y la desproporcionalidad de la defensa”, expuso por parte Darnay.
Durante la audiencia, Ucelay mantuvo la calificación de homicidio agravado por el vínculo, que contempla una pena máxima de prisión perpetua.