Con la colocación del Bonar 2029 el equipo económico consiguió USD 910 millones que utilizará para el pago de deuda del 9 de enero. Los bonos subieron, pero el riesgo país continúa por encima de los 600 puntos
El Gobierno consiguió realizar su primera colocación en dólares y dio un paso necesario para el objetivo principal, que es colocar deuda por montos más altos, plazos más largos y menores tasas en el mercado internacional. Finalmente consiguió USD 910 millones a través de la colocación del Bonar 2029 (porque se colocaron debajo de la par sobre un valor nominal de USD 1.000 millones) y el rendimiento se ubicó en 9,26% anual.
Desde Romano Group destacaron que el nuevo título emitido bajo ley local “quedó por debajo de la curva, asimilándose a los rendimientos de Nueva York”. Esto significa que prácticamente se eliminó la diferencia de cotización que existía a favor de los bonos emitidos con legislación extranjera.

Caputo diseñó el nuevo título para hacerlo más atractivo para el mercado, en contraste con los bonos vigentes. Por eso, definió un cupón alto de intereses, de 6,5% anual, cuando los misma deuda proveniente de la reestructuración de 2020 paga un cupón de apenas 1% anual. Tanto para inversores institucionales como individuales presenta mucho más atractivo el cobro semestral de intereses más elevado, lo que también sirvió de incentivo para suscribir el nuevo instrumento.
La reacción de los mercados fue favorable, aunque sin euforia. El riesgo país cayó 1% y cerró en 628 puntos básicos. El Gobierno precisa que caiga a menos de 500 puntos para poder realizar una colocación internacional. Está cada vez más cerca pero todavía falta. Las acciones argentinas que cotizan en Wall Street también operaron en alza, pero fueron de mayor a menor, sobre todo luego de conocerse que el resultado no estuvo por encima de las expectativas.
Al mismo tiempo, el mercado internacional sigue jugando a favor de la Argentina, lo que puede favorecer una próxima colocación de deuda en los próximos meses. La Reserva Federal norteamericana bajó la tasa de corto plazo por tercera vez en el año y quedó por debajo del 4% anual. Esto genera mayor búsqueda de oportunidades por parte de los inversores, lo cual favorece a las futuras colocaciones de países considerados más riesgosos. Al mismo tiempo, los principales índices de Wall Street se mantienen en niveles muy cercanos a los máximos, por lo cual el clima sigue propicio para futuras emisiones de deuda soberana.
