Lejos de alivianar los embates de la crisis, el Gobierno irrumpe con fuerza y aplica retenciones a los ingresos en billeteras virtuales. Ya hay prestadores de servicio, comerciantes, especialistas médicos, entre otros, que cobran porcentajes frente a los pagos digitales.
No es novedad. Llegar a fin de mes, incluso llegar “al 15”, es una verdadera odisea, una misión imposible. Gran parte de la comunidad puntana está asfixiada con salarios licuados. Pero como si fuera poco, ahora se suma un impuesto polémico: las retenciones a ingresos brutos en transacciones vía billeteras virtuales.
La noticia generó indignación en la comunidad, que no tardó en reaccionar en las redes sociales. Frente a la rabia, el Gobierno salió a “calmar las aguas” indicando que el impuesto “no es nuevo” y que solo aplica a quienes están inscriptos en la Dirección Provincial de Ingresos Públicos (DPIP), pero la realidad es que las especificaciones técnicas son -por ahora- peligrosamente ambiguas y pueden aplicar a transacciones absolutamente ajenas a las operaciones comerciales. En medio del drama, ya hay comerciantes que aplicarán un “plus” en las transacciones digitales.
La bronca colectiva y el “plus” infrenable por las operaciones digitales
Ni bien se publicó la información en los canales oficiales del Gobierno, el drama despertó indignación. Pasillos de oficinas públicas, charlas de café y opiniones en las redes sociales, se desparramaron ampliamente, retratando el enojo colectivo. Como si no alcanzara con tener una economía dañada, con sueldos ultradesactualizados, ahora se suma un impuesto que muchos consideran un “robo” a la gente humilde.
“Yo en el local voy a evaluar cómo marcha todo, pero entiendo que tendré que aplicar un porcentaje en las ventas. Si es legal o no, es lo de menos, lamentablemente. No nos dejan opción. El problema es que si por cada operación me van a descontar, no me quedará otra alternativa que cobrar un extra para poder sostener la ganancia. Sé de algunos colegas que ya lo han aplicado en algunas ventas. Todo es muy nuevo, pero lo que sí sabemos es que no queremos perder más de lo que ya nos sacan”, manifestó el propietario de un almacén de la ciudad.
Otros casos similares se dieron en el ámbito de la salud, donde algunos especialistas ya le notificaron a sus pacientes que desde ahora actualizarán los honorarios por el nuevo impuesto. Por graficar, si la consulta sale $35 mil, en operaciones virtuales cobrarán $37 mil.
“En mi caso no estoy anotada en Ingresos Brutos. Tengo mi emprendimiento con el que estoy saliendo adelante, hace unos meses ya que me despidieron. Me la rebusco como puedo con mis ventas. Pero esto me desmoraliza. Lo poco que puedo ganar para subsistir, lo tendré aún más reducido por los caprichos de los políticos. Siempre la pagamos los pobres”, lamentó Carmen Pereira, una mujer que se dedica -en su casa- a la elaboración de tortas y diferentes productos de repostería.
Qué pasa con la adhesión al SIRCUPA
San Luis adhirió al SIRCUPA (Sistema Informático de Recaudación y Control de Acreditaciones en Cuentas de Pago) y aplicará retenciones a todo ingreso en billeteras virtuales. Varias provincias han comenzado a reducir el impuesto o eliminarlo en determinadas actividades para volver a ser competitivas. Pero en San Luis ocurre todo lo contrario. La clave, parece ser, está en licuar el bolsillo de los puntanos.
Desde este 1 de junio, la DPIP aplica retenciones sobre Ingreso Brutos sobre los importes que se acrediten en cuentas virtuales como Mercado Pago, Ualá, Naranja X, entre otras. Esto quiere significar que, si alguien cobra a través de estas billeteras por ventas o servicios (o recibe transferencias por otros motivos) se darán descuentos automáticos.
Si un comerciante vende productos y cobra por Mercado Pago, el monto acreditado sufrirá una retención automática antes de que llegue a la cuenta. Si alguien presta servicios y cobra a través de Ualá, también estará alcanzado por este nuevo régimen si figura en el padrón oficial de la DPIP.
Los fondos acreditados en concepto de salarios, AUH, jubilaciones o transferencias entre cuentas propias, entre otras excepciones, no estarán alcanzados -en principio- por esta medida.
Sin embargo, si alguien no está inscripto en el sistema y en un mes calendario realiza 10 o más ventas por un total superior a $200 mil (pensemos en trabajadores informales) Mercado Pago aplicará una retención del 3% sobre sus ingresos hasta que regularice su situación fiscal.
En cifras, si alguien realiza 12 ventas por un total de $250 mil sin estar inscripto en Ingreso Brutos, Mercado Pago retendrá $7.500.
La retención en San Luis
Para los contribuyentes del régimen local, la alícuota general de retención es del 1,60% sobre los importes acreditados en cuentas de pago. Para los contribuyentes del convenio multilateral, las alícuotas varían entre el 0,10% y el 2%, dependiendo de la actividad.
Una aclaración que oscurece
Este lunes, luego de la catarata de comentarios negativos que apuntaban al Gobierno por “meter la mano en el bolsillo” con el impuesto, las autoridades salieron a aclarar la información. Pero lejos de llevar tranquilidad y especificar claramente el drama, terminaron por empañar aún más el escenario.
La DPIP, informó que “no se trata de un nuevo impuesto ni afecta a quienes no están inscriptos en Rentas”. Sin embargo, no pocos usuarios apuntaron que ya sufrieron descuentos considerables por transacciones absolutamente ajenas al plano comercial.
En otro término apuntaron que la alícuota solo alcanza a personas físicas o jurídicas inscriptas en el impuesto sobre los Ingreso Brutos. Pero aunque suene reiterativo, hay vecinos de a pie que no están anotados en los padrones y sufrieron los descuentos.
En otro tramo apuntaron que no significa un aumento en el impuesto sobre los Ingresos Brutos. Pero de algún modo, es prácticamente lo mismo. Para graficar, un monotributista que factura $800 mil por mes, tiene que pensar en una serie de obligaciones tributarias que le demandan una parte importante de sus ingresos y, como si fuera poco, ahora sufre el golpe de este impuesto. Es decir, no es un aumento, pero es un concepto que ahora tendrá que tener en cuenta a la hora de diferentes operaciones.
También recalcaron que la medida “no modifica el valor de los bienes o servicios, por lo que no debe sumarse al precio”. Esa afirmación es al menos absurda, porque cualquier prestador de servicios o comerciante que empiece a notar pérdidas en sus operaciones, no dudará en sumar alguna especie de “plus” o porcentaje “extra”. De hecho, ya hay vecinos de la ciudad que han sufrido el incremento de productos por el pago con QR. Es una cuestión lógica e infrenable.
Por otro lado indicaron que “no afecta a las cuentas de uso personal”, pero es ambiguo. Ya se mencionó en este texto: se han reportado situaciones de gente que no tiene ninguna cuestión comercial y le han aplicado el descuento