Francia experimentará el próximo curso escolar con la prohibición de los teléfonos móviles en las clases en 200 escuelas secundarias, con el objetivo de generalizarla en enero del año próximo.
Se trata de una de las principales novedades de la vuelta a las clases, que tendrá lugar el próximo 2 de septiembre, y que anunció este martes la ministra de Educación en funciones, Nicole Belloubet, en una conferencia de prensa.
“Doscientas escuelas secundarias están listas para comenzar” ya con esta “experimentación”, precisó la ministra, y el objetivo es que los estudiantes “no tengan su teléfono, especialmente en el patio”.
La otra meta es extender la medida al resto de las escuelas de enseñanza primaria y media “desde 2025”, avanzó, aunque todavía no a los liceos donde se realiza el último ciclo de enseñanzas secundarias (de los 15 a los 18 años).
Además, este curso comenzará la prueba piloto ya anunciada hace meses con uniformes obligatorios en las escuelas públicas, que se realizará sobre 90 establecimientos escolares de diversos niveles.
Este retorno a la escuela tiene lugar en un momento de gran incertidumbre política en Francia, con un gobierno en funciones que está intentando prorrogar los presupuestos. Belloubet dijo que, por “coherencia”, el presupuesto de educación debería estar “protegido como mínimo” y evitar posibles recortes, algo que el Ejecutivo en funciones ya está realizando en otros capítulos a fin de reducir el déficit público de acuerdo con las exigencias de la Comisión Europea.
Aún así, insistió en que “el contexto político no debe tener impacto en el retorno de los escolares a las clases”.
La ministra en funciones avanzó que para el curso 2025-26 habrá nuevos programas en francés y matemáticas, para que sean más claros y esté mejor definido “qué es lo que deben saber los alumnos” al final de cada curso y de cada ciclo.