Natalia Carballa asegura que pasó por todos los estados de ánimo de 2011 hasta que volvió Claudio Poggi al gobierno. “Cada mañana me levantaba y esperaba un cambio de gobierno o un milagro para volver a creer”, asegura.
Natalia Carballa hizo del culto a la paciencia una virtud durante los últimos años. Inscripta en los planes Progreso y Sueños desde 2011, pensó que nunca iba a tener una casa propia. “Estamos muy felices. Había perdido las esperanzas, me enojé muchas veces, pasé por un montón de emociones, pero cada mañana me levantaba y empezaba a esperar de nuevo, a ver qué pasaba cuando cambiara el gobierno o pasara un milagro”, contó.
Asegura que “tener la casa propia es hermoso, no tiene explicación. Cuando me anoté, mi hijo tenía cinco años y ahora cumplió 18, son muchos años de esperar la casa con ansias. Pero valió la pena, porque al final se hizo justicia”.