Es un alimento ancestral que ha resurgido en la nutrición moderna. Su composición excepcional puede mejorar el bienestar.
Las semillas de chía fueron valoradas durante siglos como un alimento clave por civilizaciones antiguas como la azteca y la maya. Aunque pequeñas en tamaño, su riqueza en nutrientes y beneficios potenciales para la salud las han llevado a ser reconocidas en la alimentación moderna. Con un perfil nutricional excepcional que incluye antioxidantes, fibra, proteínas y ácidos grasos omega-3, las semillas de chía ofrecen diversas ventajas para el bienestar. Estas son sus propiedades y 7 beneficios respaldados por estudios científicos:
1- Propiedades nutricionales
Según estudios, las semillas de chía destacan por su elevado contenido de nutrientes. Con solo 28 gramos (aproximadamente dos cucharadas), aportan 138 calorías, 4,7 gramos de proteína, 8,7 gramos de grasa, y 9,8 gramos de fibra. Son ricas en minerales como el calcio, que constituye el 14% del valor diario recomendado, y en otros nutrientes esenciales como magnesio, fósforo, hierro y zinc, que juegan un papel fundamental en la salud ósea, muscular y metabólica.
Además, estas semillas contienen ácidos grasos omega-3, especialmente el ácido alfa-linolénico (ALA), del cual aportan alrededor de 5 gramos por porción. Este perfil nutricional único y denso las convierte en una fuente de energía concentrada y un suplemento natural que complementa diversas dietas.
2- Antioxidantes y protección celular
Otro beneficio clave de las semillas de chía es su alto contenido de antioxidantes, como el ácido clorogénico y el ácido cafeico, que protegen las grasas saludables en las semillas y ayudan a contrarrestar los efectos dañinos de los radicales libres en el organismo. Los radicales libres son moléculas inestables que pueden dañar las células, contribuyendo al envejecimiento y aumentando el riesgo de enfermedades crónicas, incluidos ciertos tipos de cáncer.
Los antioxidantes presentes en las semillas de chía también podrían beneficiar la salud del corazón y el hígado, y se ha sugerido que algunos compuestos como la quercetina y el kaempferol pueden tener propiedades anticancerígenas y antiinflamatorias.
3- Control de peso
Las semillas de chía son especialmente populares en dietas de control de peso debido a su contenido de fibra y proteínas, que pueden promover la sensación de saciedad. Con casi un 35% de fibra en peso, ayudan a mantener la saciedad y podrían reducir la cantidad de alimentos ingeridos. En un estudio en el que se incluyó a 24 personas, consumir chía mezclada con yogur aumentó la sensación de plenitud y redujo el consumo de alimentos en comparación con quienes no consumieron las semillas.
Sin embargo, los estudios sobre su impacto en la pérdida de peso son mixtos. Una investigación de 2009 no encontró cambios significativos en el peso ni en los indicadores de salud en personas con sobrepeso que consumieron 50 gramos de chía diariamente durante 12 semanas.
En cambio, un estudio posterior de seis meses mostró que quienes tomaban chía en una dieta de calorías controladas presentaron una mayor reducción de peso comparado con un grupo placebo. Estos resultados sugieren que, aunque pueden contribuir al control del peso, no son un factor decisivo por sí solas.
4- Salud cardiovascular
Gracias a su alto contenido de fibra soluble y ácidos grasos omega-3, el consumo de semillas de chía puede tener un efecto positivo en la salud cardiovascular. La fibra soluble ayuda a reducir los niveles de colesterol total y LDL (conocido como “colesterol malo”), mientras que los omega-3 han sido vinculados con la reducción de los riesgos de enfermedades del corazón.
Algunos estudios en animales mostraron que las semillas de chía pueden reducir factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares, como los triglicéridos altos y el estrés oxidativo. En investigaciones con seres humanos, el consumo de chía ha demostrado reducir significativamente la presión arterial en personas con hipertensión, un importante factor de riesgo cardiovascular.
No obstante, la relación entre las semillas de chía y la salud del corazón sigue en estudio, y se necesitan más investigaciones para establecer conclusiones firmes.
5- Fortalecimiento óseo
Las semillas de chía son una excelente fuente de nutrientes fundamentales para la salud ósea, como calcio, fósforo y magnesio. Estos minerales contribuyen a mantener la densidad mineral ósea, un factor clave en la resistencia de los huesos y en la prevención de enfermedades como la osteoporosis. Además, el contenido de ALA en las semillas de chía podría también beneficiar la salud ósea.
En un estudio en animales, se observó que ratones alimentados diariamente con chía durante más de un año mostraron un aumento en el contenido mineral de los huesos en comparación con los que no la consumieron, sugiriendo que estos nutrientes ayudan a fortalecer los huesos. Sin embargo, faltan estudios específicos en humanos que confirmen este efecto.
6- Regulación de los niveles de azúcar en sangre
Otro beneficio importante de las semillas de chía es su posible efecto regulador sobre el azúcar en sangre, gracias a su contenido de fibra y otros compuestos. Las personas con diabetes podrían beneficiarse de este efecto, ya que mantener el azúcar bajo control es fundamental para prevenir complicaciones como enfermedades cardíacas.
Aunque la investigación en humanos es limitada, estudios preliminares indican que las semillas de chía podrían mejorar la sensibilidad a la insulina y ayudar a estabilizar los niveles de azúcar después de las comidas. En estudios realizados en animales, el consumo de chía ha demostrado reducir los picos de glucosa en sangre tras la ingesta de alimentos, sugiriendo un efecto positivo sobre el metabolismo del azúcar.
7- Versatilidad culinaria
Además de sus beneficios para la salud, las semillas de chía son muy versátiles y fáciles de integrar en la dieta diaria. Su sabor neutro y su capacidad para absorber líquidos permiten incorporarlas en una amplia variedad de recetas, como batidos, yogures, cereales, y postres.
Además, se pueden consumir crudas, mezcladas con jugo, o como ingrediente en panes y galletas. Incluso, pueden actuar como agente espesante en salsas y sustituir al huevo en preparaciones veganas, al mezclarse con agua y formar un gel.
Esta adaptabilidad facilita su inclusión en una alimentación balanceada, ofreciendo tanto su perfil nutricional como sus beneficios de manera sencilla. Aunque generalmente son bien toleradas, consumir demasiadas de una vez podría causar efectos digestivos como hinchazón o diarrea, especialmente en personas que no están acostumbradas a consumir grandes cantidades de fibra.