Prolongar la permanencia en el inodoro puede tener consecuencias para el cuerpo humano. Algunos especialistas destacaron preocupantes complicaciones generadas por este hábito cotidiano.
Para mucha gente, llevar el teléfono al baño es algo común. De este modo, lo que podría comenzar como una rápida visita al sanitario puede transformarse en una sesión prolongada de 15 minutos de lectura o de recorrida por las redes sociales. Sin embargo, este hábito aparentemente inofensivo puede tener efectos negativos en la salud.
Razones detrás de los efectos físicos negativos
Estar sentado en el inodoro afecta al cuerpo de forma distinta a la de una silla convencional. El asiento ovalado mantiene el recto en una posición más baja, lo cual, junto con la gravedad, aumenta la presión sobre los vasos sanguíneos de la zona anorrectal. Este fenómeno provoca una especie de “válvula unidireccional” en la que la sangre fluye hacia el área, pero no puede regresar con facilidad. Como resultado, los vasos sanguíneos en el recto y el ano tienden a hincharse, aumentando el riesgo de desarrollar hemorroides.
Además, esta postura mantiene el piso pélvico en tensión, lo que puede debilitar sus músculos con el tiempo. La presión prolongada sobre estos músculos y órganos también eleva la probabilidad de sufrir prolapso rectal, una condición en la que el intestino se desliza y sobresale a través del ano, generando incomodidad y complicaciones adicionales.
Consejos médicos para evitar estos problemas
Para evitar estos problemas, los expertos recomiendan limitar el tiempo en el inodoro a no más de 10 minutos. Uno de los pasos clave es eliminar las distracciones del baño, como los teléfonos, libros y revistas, ya que estos prolongan la estancia sin que la persona sea consciente del tiempo.
CNN también habló con Lance Uradomo, gastroenterólogo en City of Hope Orange County, California, quien aconseja entrar al baño sin la expectativa de permanecer mucho tiempo. El mismo medio se comunicó con la doctora Farah Monzur, de Stony Brook Medicine en Nueva York, que sugiere hacer el ambiente lo menos interesante posible para desincentivar la tendencia de pasar tiempo extra en el baño. Según estos expertos, reducir el tiempo en el inodoro ayuda a evitar la tensión innecesaria y la presión en los músculos pélvicos.
Importancia de la dieta y el movimiento en la salud intestinal
La dieta y la actividad física también desempeñan un papel crucial en la salud intestinal, ayudando a evitar los problemas asociados con el tiempo excesivo en el baño. Para facilitar los movimientos intestinales, el doctor Xue recomienda una alimentación rica en fibra y una ingesta adecuada de agua. La fibra ayuda a suavizar las heces y a evitar el esfuerzo al defecar, lo cual reduce el riesgo de hemorroides.
Según la Academia Nacional de Medicina de Estados Unidos, se recomienda un consumo de 2,7 a 3,7 litros de agua al día, mientras que el Departamento de Agricultura aconseja 14 gramos de fibra por cada 1.000 calorías de alimento. Además, el movimiento suave, como caminar, estimula los músculos intestinales y promueve la regularidad sin necesidad de pasar largos periodos en el inodoro.
Indicadores de problemas gastrointestinales graves
En ciertos casos, el tiempo prolongado en el baño puede ser una señal de problemas de salud más serios. El estreñimiento crónico o las visitas prolongadas al baño podrían indicar trastornos gastrointestinales como el síndrome de intestino irritable o la enfermedad de Crohn. Incluso, el empeoramiento del estreñimiento puede ser síntoma de condiciones graves como el cáncer de colon.
Según el doctor Uradomo, un crecimiento en el colon podría bloquear el flujo de las heces, causando síntomas como el sangrado y el estreñimiento persistente. La Sociedad Americana del Cáncer señaló un aumento en los diagnósticos de cáncer colorrectal entre personas menores de 55 años desde la década de 1990, un hecho que subraya la importancia de la detección temprana. La doctora Monzur recomienda que quienes experimenten estreñimiento o la necesidad de permanecer en el baño, y ello durante un período de más de tres semanas, consulten a un profesional de la salud para una evaluación detallada, ya que un diagnóstico temprano puede ser crucial para el tratamiento efectivo.