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Desde mayo de este año las provincias tienen la obligación de registrar cada uno de estos episodios.
El 7 de mayo la Ciudad de Buenos Aires empezó a registrar en el Sistema Nacional de Vigilancia en Salud (SNVS) los intentos de suicido que se producen en territorio porteño o de porteños que intentaron suicidarse en otra provincia. Esto se hace de esta manera en función de la reglamentación de la Ley Nacional de Prevención del Suicidio.
Al cabo de cinco meses, la Ciudad dio cuenta de los primeros datos registrados. Los intentos de suicidio han sido en ese lapso un total de 46, lo que habla de uno cada tres días. De esa cantidad, 30 ocurrieron en territorio porteño, 15 en la provincia de Buenos Aires y uno en otra provincia que no se detalló.
También se informó sobre las edades de aquellos residentes de la Ciudad que intentaron suicidarse y la mayor incidencia se dio en el grupo de 15 a 19 años, con 33,3 por ciento de los casos. En números absolutos un total de diez, con la particularidad de que nueve de ellos fueron protagonizados por mujeres.
El grupo de 25 a 34 años representó el 16,6 por ciento, al igual que el de 35 a 44 años y el de 45 a 65. Entre los 10 y los 14 años también hubo intentos de suicidio, en menor cantidad que significó el 6,6 por ciento, al igual que en el grupo de 20 a 24 años. Finalmente, el grupo mayor de 65 fue el minoritario, con el 3,3 por ciento. En total, el sexo femenino predomina en el 67 por ciento de los casos.
En cuanto a las posibles causas de los intentos de suicidio, el relevamiento dice que “resultó predominante el diagnóstico previo de salud mental. Además, se obtuvieron datos sobre consumo problemático de sustancias o enfermedades crónicas en menor medida”. Y de los casos notificados, se reportó que dos de ellos presentaron intentos de suicidio previos en días o meses anteriores al nuevo evento.
En cuanto al mecanismo del intento de suicidio, el 11,39 por ciento de los casos fue por sobreingesta de medicamentos, seguido de un objeto cortante (7,25%). Otros métodos utilizados fueron arrojarse o colocarse delante de un objeto en movimiento, ahorcamiento, salto desde un lugar elevado y otros mecanismos no detallados.
Del total de las personas que tuvieron intentos de suicidio, el 83,3 por ciento debió permanecer internado, pero en ningún caso necesitaron cuidados intensivos. La clasificación dentro del SNVS es “sin resultado mortal” o “con resultado mortal”. En este relevamiento sólo un caso tuvo desenlace mortal.
La Ley Nacional de Prevención del Suicidio, sancionada en 2015, tiene como objetivo la disminución de la incidencia o prevalencia del suicidio a través de la asistencia, prevención o posvención. Esa ley, en dos de sus incisos, hace referencia a la necesidad de crear un registro que tenga información estadística de intentos de suicidio, suicidios cometidos, causa de decesos, edad, sexo, evolución mensual y modalidad utilizada.
El dato de que casi 7 de cada 10 intentos de suicidio son cometidos por mujeres se condice con otro dato nacional, que indica que 8 de cada 10 suicidios corresponden a varones. Los expertos atribuyen esta dicotomía a los métodos elegidos por uno y otro género.
Radiografía del suicidio en Argentina
POR EDAD
Desde mayo, el Gobierno nacional comenzó a considerar el manejo del suicidio en Argentina con lógica epidemiológica, por lo que instó a todas las provincias a notificar estos eventos en un sistema de información unificado en el que deben quedar registradas todas las circunstancias en las que ocurre cada episodio.
Por entonces el Ministerio de Salud fundamentó esta decisión en que “el suicidio representa un problema de salud pública creciente y prioritario tanto a nivel mundial como regional, implica un fenómeno complejo, multicausal, en el que interactúan diversos factores (biológicos, psicológicos, sociales, culturales y medioambientales)”.
Cada provincia se encuentra elaborando sus propios informes y algunas ya lo han publicado. Es el caso de Mendoza, por ejemplo, donde la cantidad de episodios de intentos de suicidio registrados entre el 1° de junio y el 7 de octubre fue de 156, muy superior a la cifra de Ciudad de Buenos Aires.
No se sabe si esta diferencia se debe a una mayor eficiencia en la carga de los datos o una mayor incidencia del problema. Mendoza también registró una variable extra: los días lunes ocurrió la mayoría de los intentos de suicidio (23,7%), seguido por los miércoles, mientras que los sábados la minoría (0,62%). Los domingos no figuran en la lista.
Los datos de la OMS indican que una de cada 100 muertes en el mundo es por suicidio. Considerado una “epidemia silenciosa”, representa además la cuarta causa principal de muerte entre los jóvenes de 15 a 29 años. Desde la declaración de la pandemia de Covid, en marzo de 2020, la OMS advirtió sobre sus efectos en el corto y mediano plazo en la salud mental de las personas, como consecuencia de una crisis sanitaria inédita.
Según la OMS, “si bien el vínculo entre el suicidio y los trastornos mentales (en particular, la depresión y el consumo de alcohol) está bien documentado en los países de altos ingresos, muchos casos se dan en personas que lo cometen impulsivamente en situaciones de crisis en las que su capacidad para afrontar las tensiones de la vida, como los problemas económicos, las rupturas de relaciones o los dolores y enfermedades crónicos, está mermada”.