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martes, febrero 18, 2025
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Otra vez el “Gran San Luis” invadido por un olor a chiquero

Como cada vez que corre viento sur, y hace ya más de un año, el olor a establo invade la capital puntana, Juana Koslay y hasta la ciudad de La Punta.

Los habitantes del “Gran San Luis” vuelven a ser víctimas de un aire contaminado con un olor nauseabundo proveniente del feedlot “La Nelly”, ubicado al sur de Donovan. A pesar de las promesas de las autoridades y los compromisos asumidos por la empresa, el problema persiste cada vez que el viento sopla desde el sur. Según una encuesta de El Diario de la República, vecinos de casi todos los barrios puntanos perciben el desagrable olor.

El pasado 1 de noviembre de 2024, la Secretaría de Ambiente y el SENASA anunciaron la suspensión del ingreso de hacienda al feedlot “La Nelly”, medida que generó expectativas entre los vecinos. Sin embargo, estas expectativas se han visto frustradas, ya que las emisiones de olores continúan afectando a los habitantes de San Luis, Juana Koslay, La Punta y Potrero de los Funes.

Ya en enero de 2024, la empresa había prometido implementar medidas de saneamiento ambiental, como la limpieza de corrales, la construcción de una nueva pileta de efluentes y la canalización adecuada de residuos. Más tarde, en septiembre, investigadores de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL) propusieron soluciones específicas para mitigar los olores provenientes de las heces bovinas, que generan compuestos gaseosos de azufre y nitrógeno.

En agosto de 2024, vecinos y ambientalistas elevaron un reclamo formal al secretario de Ambiente y Desarrollo Sustentable, Federico Cacace, solicitando una investigación urgente. Como respuesta, el Ejecutivo provincial anunció un “Plan Integral de Remediación” y un relevamiento de olores para identificar los compuestos responsables del malestar. Además, se otorgó a “La Nelly” un plazo de 60 días para presentar su certificado de aptitud ambiental.

A pesar de estas acciones, las medidas tomadas hasta ahora no han resultado efectivas. Los habitantes de la región continúan lidiando con un problema que afecta su calidad de vida y que pone en duda la eficacia de las autoridades y de la empresa involucrada.

El feedlot “La Nelly”, que alberga unas 4.000 cabezas de ganado distribuidas en 25 corrales, sigue siendo el principal foco de emisión de los olores. Aunque se anunciaron inspecciones conjuntas entre SENASA y el COSAFI, y se restringió temporalmente el ingreso de animales, no se han observado cambios significativos en la situación ambiental.

Mientras tanto, la indignación crece entre los vecinos del “Gran San Luis”, quienes exigen respuestas concretas y acciones inmediatas para solucionar un problema que ha sido ignorado durante demasiado tiempo. El aire, lejos de purificarse, sigue siendo un recordatorio constante de las promesas incumplidas y la falta de compromiso real.

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