El brutal ajuste del Gobierno de Milei afecta a los sectores más vulnerables, mientras se despliega la propaganda de la libertad.
«Rascar la olla» es una expresión acuñada para describir una situación de no tener casi para comer. Cuando decimos «estamos rascando la olla» nos referimos a que la cosa está complicada, que la situación es difícil; es una expresión muy gráfica que podemos emparentar con «la guita no alcanza».
El Gobierno de Milei ha implementado un plan de ajuste con el objetivo de alcanzar el superávit fiscal, conocido como la «religión del déficit cero». Este plan ha incluido una devaluación significativa del peso, despidos masivos en el sector público y recortes drásticos en el gasto público.
Los resultados del paquete de ajuste implementado por el Gobierno de Milei han sido significativos, con una caída en la actividad económica, un aumento del desempleo y una disminución del poder adquisitivo de los ingresos.
Las medidas de ajuste implementadas han tenido un impacto desproporcionado en los sectores más vulnerables de la sociedad, como los jubilados con ingresos mínimos, los trabajadores informales y las cuidadoras. Según los datos del INDEC, la pobreza aumentó significativamente en el primer semestre de 2024, con un incremento de 11,2 puntos, lo que ha llevado a que al menos 5.400.000 personas caigan por debajo de la línea de pobreza, sin poder cubrir siquiera la canasta básica de alimentos.
A esto se agrega un plan detallado y sistemático de eliminación y desmantelamiento de organismos y programas que con algunas acciones colaboraban en cuidar o sostener la alimentación de la población, la calidad de ese alimento, y la equidad en la producción, la distribución, y la comercialización de esos alimentos.
El consumo de alimentos se redujo, en promedio, un 16% en supermercados y un 11% en autoservicios mayoristas entre noviembre de 2023 y julio de 2024. Las caídas más significativas se observaron en bebidas (26%), lácteos (12%), carnes (9%), frutas y verduras (7%), y productos de almacén (6%) (Fuente: CELS).
Entre noviembre y julio, los precios de los alimentos aumentaron un 128%. Argentina lidera el ranking de inflación nominal en alimentos según el Banco Mundial. Mientras tanto, las empresas alimentarias incrementaron sus ganancias en un 1.300%.
Con el Salario Mínimo Vital y Móvil o una jubilación mínima en julio -comparado con el julio 23- es posible preparar un 27% menos de porciones de comida. Tomar una taza de mate cocido con leche y pan implica un incremento del 147% en el gasto; solo la leche en polvo aumentó un 166% en el mismo período.
Entre noviembre de 2023 y julio de 2024 los precios al consumidor aumentaron un 111% (Fuente: CELS).
En términos productivos, las políticas implementadas configuran un escenario que profundiza un modelo agrario concentrado y extranjerizado. Estas desregulaciones precarizan el trabajo agrario, desprotegen las economías regionales (yerba, azúcar, oliva, vid) y encarecen los insumos de producción, lo que contribuye a la pérdida de soberanía alimentaria y disminuye las oportunidades de desarrollo económico para las provincias.
¿Qué acciones tomó Milei? Eliminó la mayoría de las políticas dirigidas a la Agricultura Familiar Campesina e Indígena. Eliminó políticas históricas como el Pro Huerta, con más de 30 años de trayectoria, que incluía la distribución de insumos, capacitación y apoyo técnico para el desarrollo de huertas familiares, escolares y comunitarias, así como granjas familiares para la autoproducción de alimentos frescos.
El acceso a la olla
En cuanto al acceso a los alimentos, la eliminación de normativas orientadas a controlar los precios y el abastecimiento está contribuyendo al alza continua de los precios. Según el INDEC, entre diciembre y julio los precios de verduras, tubérculos y legumbres aumentaron un 197%, mientras que los de leche, productos lácteos y huevos subieron un 165%, las carnes un 105%, y las frutas un 78%.
Según el informe de UNICEF «Situación de la niñez y la adolescencia» de abril de 2024, un 52% de los hogares dejó de comprar algún alimento por falta de dinero, lo cual representa un aumento de 11 puntos respecto a 2023 y de 26 puntos en comparación con julio de 2020, época de pandemia.
Promoción de la actividad agropecuaria, agroindustrial y minera para la exportación de commodities, se observan una serie de medidas orientadas a favorecer al sector agropecuario, agroindustrial y minero, especialmente aquellos orientados a la exportación de commodities. Esto profundiza un modelo de producción y acumulación altamente concentrado y extranjerizado.
Además, uno de los capítulos más significativos de la Ley de Bases es la creación del Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI), que otorga beneficios fiscales, aduaneros y cambiarios por 30 años a grandes proyectos con inversiones superiores a los 200 millones de dólares. Este régimen abarca sectores como la forestoindustria, turismo, infraestructura, minería, tecnología, siderurgia, energía, petróleo y gas.
Las formas y los modos no es lo que molesta. Molestan las políticas que implementa esta Administración. Las políticas que despojan, empobrecen y condenan al hambre y desocupación a adultos mayores, poblaciones actuales en condición de trabajar, y lo más grave, a nuestras niñeces.
Los gritos, los indultos, las incoherencias, las banalidades como actuar cantar «Libre» de Nino Bravo en un set de Televisión en Plan romántico un día hábil a las 11hs de la mañana (con el acompañamiento de ministras aplaudidoras); sin esta crueldad política, solo serían notas de color. Los «malos» que se auto perciben «gente de bien», ya se juntaron.
Juntarnos entre quienes creemos en comunidades más justas, equitativas, inclusivas y solidarias, es nuestra deuda pendiente, y merece nuestro esfuerzo plural y militante.