A través de este sistema de precisión, el productor compra menos agroquímicos, hace más eficaz su uso y hay un menor consumo de agua. Otro aspecto saliente es que hay un mayor cuidado del medio ambiente.
“Hay que acomodar el cuerpo a las nuevas tecnologías”, reflexiona el ingeniero agrónomo Ramiro Goncalvez al dar detalles sobre la utilización de un drone, con un sistema de fumigación para control de malezas en un campo cultivado, en la zona serrana de San Luis.
La tarea que, arrojó satisfactorios resultados por la precisión del aparato, se llevó a cabo en Cuatro Esquinas, en el núcleo productivo de los departamentos Pringles y Pueyrredón. Entre otros beneficios, además de una reducción de costos asociada a la menor consumo de agroquímicos, el uso del innovador método en zona agrícola puntana requiere una menor utilización de agua, lo cual impacta en la huella hídrica de la nueva agricultura en desarrollo.
Control selectivo desde el aire
De acuerdo a las especificaciones que brindó el ingeniero agrónomo Ramiro Goncalvez, que fue uno de los expertos que participó de esta faena junto a su colega Rodrigo Becerra, la aplicación de herbicida fue en un lote de alfalfa. “Por la superficie no convenía traer un mosquito de arrastre y se utilizó un drone con todo el sistema que tiene esta herramienta pulverizadora”.
Entre las ventajas que tiene un drone es que se puede utilizar de dos formas, por un lado “hacer un control selectivo de malezas, ósea el aparato lee dónde está el cultivo con un mapeo previo y donde detecta malezas, ahí aplica con mucha justeza el herbicida”.
“Con la implementación de este avance de la tecnología se está aplicando un 10% de herbicida sobre lo que se aplica normalmente; es decir, que el ahorro es muy grande”, remarcó.
La sección El Campo tuvo acceso a fotos y un video que muestra el sobrevuelo de drone en el predio situado muy cerca de las sierras, en las inmediaciones del Amparo. “Hay mucha precisión y un alcance es muy grande. Estamos hablando de comprar menos herbicidas, utilizar menos volumen de agua, simplicidad en la logística, menos transporte de maquinaria, es decir que es significativa la diferencia”.
Luego se detuvo en remarcar otro beneficio que deja la implementación de este sistema de control de malezas. “Con los drones se está dispersando un 80% menos de insecticidas o herbicidas al medio ambiente”.
Los drones que vienen para darle una mano y aliviar la tarea de los agricultores también se están usando para mantener picadas cortafuegos, caminos y como en este caso de Cuatro Esquinas para cubrir baches que otros equipos no atienden por diferentes causas o dificultades resumió Goncalvez.
Cómo se utilizan los drones
Rodrigo Becerra destacó que las aplicaciones selectivas “son la principal función que caracteriza a los equipos de drones porque permiten a través de mapeos, seleccionar áreas específicas de aplicación en donde una puede hacer tasas variables de control con caldos compuestos por dosis ajustadas a las necesidades del control a realizarse”.
Cámaras multiespectral y RGB que aportan imágenes de alta resolución y precisión son utilizadas para detectar malezas, deficiencias nutricionales o plagas, siendo el grado de resolución de 1-2 cm por píxel, con lo cual es posible hasta distinguir daños de hojas si es necesario. “Una vez que se hace esta clasificación mediante un drone de mapeo, en gabinete se arma el ortomosaico que permite hacer la determinación y clasificación del ambiente que uno quiere llegar a aplicar.
Luego, con programas específicos, uno de ellos el PIX4D fields que es el que usamos, se hace una clasificación personalizada determinando lo que estamos buscando. Por ejemplo, para hacer control de sorgo de Alepo, se le indica que es lo que tiene que buscar y clasificar, el programa lo hace automáticamente y pone todos los focos donde está el problema para armar la prescripción”.
Seguidamente, el especialista dijo que con el aporte de la información exacta que suministra el drone, únicamente “se le carga una tasa de aplicación en los lugares problema” y al resto de la superficie se lo vuela con tasa cero, es decir que el dron vuela toda la superficie, pero abre y cierra aspersores a medida que pasa por las áreas problema en la que hay que controlar malezas o plagas.
“Reducción en la utilización de agua y de riesgo de contaminación”
Al igual que Goncalvez, Becerra puntualizó que el uso del drone permite hacer una disminución muy grande en cuanto a la cantidad de agroquímicos y agua utilizada. Es interesantísimo este dato, se reduce la contaminación, ya que solo se pueden realizar aplicaciones en lugares específicos en donde se encuentren plagas o malezas a controlar. Por otro lado, con estos equipos se hace una reducción muy significativa en cuanto a la utilización de agua, ya que los caldos asperjados en 8 – 15 litros por hectárea con estos equipos evitan el uso innecesario de este líquido elemento.
Como los aviones, los drones en su vuelo generan lo que se conoce como efecto vórtice. “En este caso está generado por las hélices y por el movimiento horizontal del dron en su vuelo. Cada equipo tiene su parametros ideales para un correcto funcionamiento, nuestro drone T30 trabaja a 3 – 4 metros de altura, avanza a 20 – 25 km/h y tiene un ancho de trabajo de 7,5 – 8 m cubriendo 8-12 hectáreas por hora de trabajo. Cada aplicación demanda ajustes, los cuales se plantean conforme a las condiciones ambientales y las particularidades del sitio de trabajo. Lo buscado es generar el efecto vórtice correcto, el cual garantiza la dispersión correcta del principio activo asperjado asemejando la cola de un vestido de novia”, explicó Rodrigo Becerra y agregó: “De esta forma mediante el asperjado completo se llega hasta el suelo con alta eficiencia y calidad movilizando los cultivos y llegando al blanco objetivo del trabajo”.
El ingeniero agrónomo, al referirse a recomendaciones con el sistema de drones, puntualizó que es muy importante el uso de coadyuvantes cuando se habla de drones. “Hay que lograr uniformidad de gotas, evitar gotas pequeñas de alta incidencia en la deriva, ya que por su peso son fácilmente trasladables por el viento. Esto permitirá una aplicación efectiva y el menor efecto ‘deriva’ posible, ya que los drones no escapan a las correctas prácticas de manejo que deben contemplarse en el uso de agroquímicos”.
Flexibilidad y recomendación
Por último, el experto agrícola y tecnológico se detuvo a hablar de las comodidades de trabajo con los drones. “Si las condiciones (atmosféricas) cambian o no son las correctas, desarmamos y nos trasladamos a otro lugar, la provincia es grande y la demanda que tenemos nos permite desplazarnos al lugar en el cual el clima o el tipo de servicio brindado nos permite trabajar. Es decir que hay una flexibilidad en cuanto a la modalidad de trabajo, las dispersiones de sólidos o líquidos demandan diferentes necesidades, siendo esto muy beneficioso al momento de planificar nuestro trabajo”
En cuanto al aspecto de seguridad, aconsejó: “El trabajo con drones se tiene que hacer muy a conciencia porque no estamos ajenos a los riesgos que genera el uso de agroquímicos. Hay que tener a los drones muy bien controlados, hay que conocer sobre el tema y tomar todos los recaudos que en seguridad laboral y técnica requieren estas prácticas”.