Omar Lucero representa a San Luis en el Nacional de Tejo Adaptado. Perdió por completo su visión hace dos años pero en el deporte encontró un refugio que lo alienta a ser cada día mejor en una disciplina que hasta hace siete meses era desconocida para él. Participó de los Juegos Deportivos ‘Grandes Amigos’ y recibió el aliento del gobernador Claudio Poggi.
El Programa ‘Grandes Amigos’ además de reunir adultos mayores de toda la provincia también es el centro de muchas historias de vidas que conmueven. Omar Lucero contó la suya, un reflejo de superación y ejemplo para muchos.
Fue empleado de Vialidad Provincial por mucho tiempo y le cambió la vida por completo hace dos años luego de perder la visión por padecer Rentitis Pigmentosa, una enfermedad que hace que con el tiempo las células de la retina se deterioren lentamente. Sin embargo, eso no impidió que buscara la contención necesaria para sobrellevar esa dificultad.
Hace siete meses, a través de su profesora Lorena Páez comenzó a jugar al tejo adaptado en el Polideportivo Municipal, sin imaginarse que llegaría a representar a San Luis en el Campeonato Nacional. “Al principio me costó un poquito porque es difícil. Pero la profe me enseñó a usar mucho el oído. Ella se pone a cierta distancia y me aplaude desde dónde está el tejín entonces yo tengo que usar mucho mis oídos para que a través de ellos y su aplauso sepa calcular y tirar el tejo”, explicó.
Su proceso y adaptación fue tan notable que recientemente obtuvo el segundo lugar en un campeonato que se realizó en San Rafael, Mendoza.
Lorena contó que luego de un gran camino Lucero representará a San Luis junto a su compañero Santos Sosa en el próximo Campeonato Nacional, que se desarrollará también en Mendoza entre el 14 y el 15 de diciembre. “Es un orgullo para nuestro equipo”, dijo, y aseguró: “El tejo es una disciplina en la que no solamente se puede trabajar desde el adulto mayor, sino que es para toda la familia. Entonces es un juego de mucha contención, donde el adulto también trabaja la psicomotricidad, la parte emocional. Es un torneo de amigos. Trabajar con ellos desde el respeto y desde la humildad es muy satisfactorio”.
Su superación, su éxito y sus fuerzas Omar se las atribuye a su esposa Silvia. “Ella es mi bastón, mi guía. Sin ella no podría hacer nada. Nos preparamos, nos tomamos el colectivo y nos vamos a divertir al Polideportivo donde encuentro mucha contención de parte de todos”, aseguró con emoción.
Por último, Omar es símbolo de inspiración de cómo un deporte puede transformar vidas. Su dedicación, a pesar de su condición refleja que cualquier obstáculo puede ser superado. “A quienes tengan la misma dificultad que yo, los invito a que se animen y se unan a nuestro grupo. Es muy lindo lo que vivimos, viajamos y nos reímos mucho. Esto me ayudó a olvidar lo que me pasó y me voy a mi casa feliz, no pienso en mi discapacidad”, concluyó.