Mientras crecen las evidencias de que los medicamentos inyectables GLP-1 pueden tratar múltiples enfermedades además de impulsar el descenso de peso, especialistas alertan sobre posibles efectos adversos
La posibilidad de que los medicamentos de la categoría GLP-1, como Ozempic, puedan beneficiar a una amplia gama de enfermedades ha generado un debate entre los profesionales de la salud.
Según informó The Wall Street Journal, estos fármacos, conocidos principalmente por su uso en la pérdida de peso y el tratamiento de la diabetes, están mostrando potencial en el tratamiento de enfermedades cardíacas, renales y hepáticas, apnea del sueño, artritis, Alzheimer, adicción al alcohol e incluso en el proceso de envejecimiento.
Aunque algunos de estos beneficios requieren más investigación, parte de la comunidad médica está considerando seriamente su aplicación más allá de los usos actuales.
El medio norteamericano detalló que, si esta tendencia continúa, millones de personas podrían beneficiarse de estos medicamentos, tal vez incluso un tercio o más de la población adulta.
Sin embargo, los médicos advierten sobre el uso de estos fármacos en personas que no cumplen con los criterios médicos adecuados, ya que podría provocar desnutrición, entre otras complicaciones de salud.
El endocrinólogo Scott Isaacs sugirió que sería necesario desarrollar estrategias para evitar la pérdida de peso excesiva en personas que no tienen sobrepeso, posiblemente mediante dietas especiales.
Los medicamentos como Wegovy, Mounjaro y Zepbound imitan hormonas intestinales naturales como el GLP-1, promoviendo la producción de insulina y ayudando a controlar los niveles de azúcar en sangre en personas con diabetes tipo 2. Además, hacen que las personas se sientan satisfechas más rápidamente por lo que reducen el apetito, lo que facilita la pérdida de peso en personas con sobrepeso.

En Estados Unidos, más de 100 millones de adultos, o el 40%, tienen obesidad, y alrededor de 38 millones padecen diabetes, lo que representa un gran mercado potencial para estos medicamentos.
El Dr. Louis Aronne, director del Centro Integral de Control de Peso en Weill Cornell Medicine, explicó que tratar la obesidad podría mejorar muchas de las complicaciones asociadas a esta condición, como la apnea del sueño y la artritis. Además, algunos beneficios podrían ser independientes de la pérdida de peso, posiblemente debido a los efectos antiinflamatorios de los medicamentos.
Robert Kushner, especialista en tratamiento de la obesidad en la Universidad Northwestern, señaló que la ciencia está avanzando rápidamente en la comprensión de cómo estos medicamentos afectan a múltiples órganos y la inflamación.
El medio también reportó casos de éxito en el tratamiento de la artritis psoriásica, una condición autoinmune que causa dolor en las articulaciones y erupciones cutáneas.
Susan Abernethy, de North Cove, Washington, comenzó a tomar Mounjaro de Eli Lilly en 2023 para tratar su artritis psoriásica después de que otros tratamientos no fueran efectivos. Abernethy atribuye a Mounjaro la pérdida de peso y el alivio del dolor articular, lo que le ha permitido retomar actividades físicas como correr.
Además, los médicos están observando resultados positivos en el tratamiento de ciertas enfermedades hepáticas. Isaacs prescribe GLP-1 para personas con esteatohepatitis metabólica, una condición que afecta a unos 15 millones de estadounidenses. Un estudio publicado en el New England Journal of Medicine en abril encontró que el semaglutida, el ingrediente principal de Ozempic y Wegovy, mejoró esta condición en los pacientes.
Otro campo de investigación es el Alzheimer. Los investigadores creen que los GLP-1 podrían tener efectos neuroprotectores, ralentizando la pérdida de volumen cerebral.

Un estudio en el Reino Unido encontró que el liraglutida de Novo Nordisk ralentizó el deterioro cognitivo en comparación con un placebo. El laboratorio está llevando a cabo un ensayo de fase 3 con semaglutida en pacientes con Alzheimer temprano, señaló The Wall Street Journal.
A pesar del potencial, solo una fracción de los elegibles está tomando actualmente un medicamento GLP-1. Según estimaciones de TD Cowen, alrededor de 8,3 millones de personas en Estados Unidos están usando estos medicamentos este año, y el porcentaje fuera de Estados Unidos es aún menor. Los analistas de TD Cowen señalaron que la adopción global de medicamentos para la pérdida de peso es mínima en comparación con el mercado potencial.
No obstante, no todos deberían tomar estos medicamentos. Aronne afirmó que, aunque una gran parte de la población podría beneficiarse, no es adecuado para todos.
Las personas con antecedentes de ciertos tipos de cáncer de tiroides o tumores en la cabeza y el cuello no deberían tomarlos, ya que estudios anteriores mostraron que causaron esos tipos de tumores en ratas. Algunos médicos también son reacios a prescribirlos a personas con antecedentes de pancreatitis o para la pérdida de peso cosmética sin otras condiciones médicas presentes.

El uso de estos medicamentos seguramente crecerá, señala el artículo de WSJ e indica que los analistas de Morgan Stanley estiman que para 2035, el número de estadounidenses que usen un GLP-1 solo para la obesidad aumentará a unos 29 millones, aunque esto representaría solo el 20% de la población elegible con obesidad.
La tolerabilidad y la capacidad de fabricación de los medicamentos también podrían ser problemas. Algunos pacientes dejan de tomar los medicamentos debido a efectos secundarios gastrointestinales desagradables.
Los dos principales fabricantes, Lilly y Novo aún están lejos de alcanzar la capacidad suficiente para abastecer a un porcentaje significativamente mayor de la población elegible actual y futura. Esto en caso de que los médicos -en su conjunto, algo difícil- se pongan de acuerdo en extender su uso para otras especificaciones.