El ex viceministro de Economía Gabriel Rubinstein consideró que el equipo económico hizo “un gran trabajo” y que se esperan “un rotundo éxito” para los próximos meses. También criticó la “variedad de falacias” y destacó tres advertencias
El ex viceministro Gabriel Rubinstein, que fue el secretario de Política Económica durante el mandato de Sergio Massa, elogió el plan económico del gobierno de Javier Milei, auguró que podrá mostrar “un rotundo éxito” en variables clave para la macro y hasta que ese rumbo podría hacerle ganar las próximas elecciones al oficialismo, pero que tiene una serie de riesgos tanto económicos como político para el futuro.
En un hilo en su cuenta de la red social X, el ex funcionario del Palacio de Hacienda entre julio de 2022 y diciembre de 2023, que en ocasiones anteriores ya había también reconocido logros de la gestión actual, dijo que a pesar de “una gran variedad de falacias” en el discurso económico actual, una serie de indicadores son muy favorables.
Enumeró algunos aspectos de ese discurso que a su juicio no son reales, tales como considerar que la Argentina estaba en la “peor crisis de la historia, que veníamos de 17,000% de inflación, que había una deuda exuberante en pesos y una deuda externa comercial a punto de estallar, que se hizo un ajuste fiscal del 15% del PIB, que Milei nos salvó de la hiperinflación”.
De todas formas, planteó el ex viceministro de Sergio Massa, “el ‘modelo Milei’ compra riesgos relevantes (políticos, económicos y financieros), que en algún momento pueden obligarlo a él o, al gobierno que en su momento pudiera sucederlo, a realizar ‘ajustes económicos’ de cierta importancia”, continuó. Enumeró tres tipos de riesgos distintos.
Entre los políticos, mencionó que aunque “la idea de que se necesita 70% de consenso quedó identificada con el ‘status quo’ (consenso para no hacer nada y que sigan los privilegios de ‘la casta’), no tener un amplio consenso aumenta mucho los riesgos de reversibilidad”.
“La última vez que Argentina no tuvo estos riesgos fue en 2007. Gracias a la herencia de una muy buena macro liderada por Lavagna (superávit fiscal primario de 3% PIB, dólar alto, inflación baja, alto crecimiento, etc.), no importaba si ganaba Lavagna, Carrió o Cristina. No había riesgos de reversión macro. Ahora todavía estos riesgos son importantes”, apuntó.
“El ‘modelo Milei’ compra riesgos relevantes (políticos, económicos y financieros), que en algún momento pueden obligarlo a realizar ‘ajustes económicos’ de cierta importancia” (Rubinstein)
Por su parte, entre los riesgos económicos postuló como principal “la imposibilidad de poder dar certeza que el dólar bajo será ‘eterno’” y que “hasta ahora los modelos de dólar bajo terminaron mal” y que esa situación genere como consecuencia “riesgos significativos de aumento de desempleo, empleos de menor calidad, cuentas externas con composición más frágil, economías regionales con poco dinamismo, más dificultad de absorber shocks externos, y probablemente, cierto malestar social ligado a todo lo anterior”, algo que equiparó a los debates en años de Convertibilidad, sobre si era un modelo “deseable” o no.
Por último, sobre los riesgos financieros mencionó al esquema cambiario. “Con dólar percibido en forma mayoritaria como bajo, cualquier shock político o externo, incita a comprar dólares. Y si encima no hubiera dólares en el BCRA para hacer frente a corridas, éstas pueden adquirir gran magnitud (estemos con o sin cepo, con dólar flotante o fijo)”, definió Rubinstein.
“Hasta ahora los modelos de dólar bajo terminaron mal” (Rubinstein)
“Sólo pensemos un caso como el Tequila. Equilibrio macro, reservas en el BCRA, y de repente, violenta caída de la demanda de pesos (versus suba de demanda de dólares). Los depósitos cayeron 20% y fueron satisfechos en gran medida con los dólares del BCRA. Actualmente, el stock de pesos ‘que puede correr’ al dólar tiende hacia un equivalente de USD 120.000 millones (circulante, depósitos privados, bonos en pesos en privados no bancarios)”, alertó.
“Un monto equivalente de USD 25.000 millones buscando dolarizarse, sin dólares en el BCRA, implicaría altas probabilidades de subas muy fuertes del dólar, antes que las cosas pudieran aplacarse. El modelo Milei no contempla, al menos hasta ahora, una solución a estos riesgos”, advirtió.
Como conclusión, el ex viceministro dijo que “casi todo va viento en popa”. “Es probable que con el éxito económico Milei tenga un muy buen resultado electoral en 2025 y las chances de ganar en 2027 se perciban altas. Pero, sería conveniente (o en algún momento necesario) que, el modelo, pudiera mejorarse suficientemente, para minimizar los riesgos políticos (reversibilidad), económicos (dólar seguramente demasiado bajo), y financieros (mix de dólar bajo y carencia de reservas en BCRA), de modo que la macro quede sostenidamente ordenada”, dijo. “Y todo lo finalmente importante (reformas estatales y regulatorias, pro-competividad, y pro-inclusividad, algunas de las cuales el gobierno está encarando), fuera factible de ser concretado sin graves tropiezos”, concluyó Rubinstein.